Todo pasa con mucha intensidad. Extremadamente lento o la velocidad de la luz, depende del día y las circunstancias.
Tengo días ansiosos, revueltos. Un cansancio que es difícil de explicar porque ni yo misma lo entiendo aunque se que todo TODO tiene nombre y apellido: efectos secundarios.
Falta muy poco para terminar esta fase del tratamiento. La radioterapia es cansino, desgastante... Día a día se acumula el cansancio y la monotonía, pero solo estos a dos pasos de terminar esta etapa en la que he conocido más historias, gente de otras ciudades... Incluso conocí al Padre Gutiérrez, cura de la Iglesia San Francisco de Asís en San Telmo. Me ha emocionado conocerlo y me ha emocionado decirle hasta pronto. Cosas que pasan...
Cosas que pasan. Cómo el giro que daría mi vida hoy hace 15 años, que se dice pronto. Llenos de ilusión y con muchas ganas de tener nuestra propia familia partía de la mano de Salva hacia nuestro sitio en el mundo. A formar un hogar... Nuestro hogar. Luego, las circunstancias de la vida me enseñaría que el hogar es donde estamos los tres juntos.
Esta experiencia, por llamarlo de alguna forma, se hace más cuesta arriba por otra cuestión que permanece a nuestra privacidad pero que hace, en ocasiones, que todo se torne más difícil. Si. Hay otros "efectos secundarios" no provocados por el tratamiento que a veces nos angustian, nos quitan el aire fresco, nos hacen sentir vulnerables... Pero bueno, teniendo en cuenta la papeleta con la que nos hostiamos hace casi 8 meses, creo que también podremos con ello.
Solo son días revueltos. Lo sé. Que todo sea eso.